Escuela S.U. Marta Lafontaine

Por:Jessenia Rivera Negrón

Allá para los años 30 y 40, en el hermoso barrio Caonillas, rodeada por verdes montes y al margen de un bello río, se levantaban majestuosas las paredes de una escuela que más tarde tendría su historia.
Era la escuela Dolores Rigual, escuela que hoy yace sepultada bajo las aguas del Lago Caonillas. Fue la mano del hombre y su inteligencia que así lo dispuso. La Dolores Rigual en aquel entonces, aula de cientos de bullicios y alegres adolecentes, sufrió el abandono al tener sus discípulos que partir rumbo a nuevas aulas. Más tarde una enorme masa de agua verdosa cubriría su estructura. ¡La Dolores Rigual había desaparecido!

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Hoy, en el mismo Caonillas, en una elevación con vista al lago se encuentra la Segunda Unidad de Caonillas cuya estructura, bullicio y actividad nos hace recordar aquella otra: La Dolores Rigual. Está perdida entre las aguas, no ha desaparecido en la memoria de los que en ella hemos vivido. El recuerdo de su existencia nos une con fuertes lazos a seguir sus pasos, a continuar la labor incansable de sus profesores y a sembrar en la mente de nuestros estudiantes, no solo los datos y conocimientos que la enseñanza requiere sino también los valores espirituales y afectivos que todo ser humano anhela. Dolores Rigual, nuestra escuela, sonríe ante las aguas del Lago Caonillas pensando que su obra ha sido continuada. Muchos de sus discípulos son hoy los padres y maestros de la Segunda Unidad de Caonillas.

En la escuela Dolores Rigual cantaban el siguiente himno a Caonillas antes de empezar con la clase:

Himno a Caonillas
Oh, Caonillas barrio feliz
Tierra que nos vio nacer,
Tus hijos pues con tu canción
Te demuestran su amor fiel.
Tus valles y colinas son,
Bellos y dignos de admirar
Tu lago es la inspiración
Del poeta en su cantar
Orgullo eres de la niñez
Caonilla, oh, Caonillas.

La escuela Segunda Unidad Marta Lafontaine se construyó en sustitución de la escuela S.U. Dolores Rigual. Ofrece un nivel escolar de Segunda Unidad y está localizada en la Carr. 613 Km 3 Hm 2 en el Bo. Caonillas en Utuado, P.R. Lleva el nombre de quien fuera su principal Marta Lafontaine (1926-1968).

Mi primera entrevistada fue Margarita Jiménez. Ella relató: “La primera escuela de Caonillas fue la escuela Dolores Rigual que está localizada en el fondo del Lago Caonillas. En 1948 se construyó la represa del Lago y también se construyó la escuela S.U. Marta Lafontaine en sustitución de la escuela Dolores Rigual para que cuando empezaran a llenar el lago no perdieran días de clase. Para el tiempo en que yo estaba estudiando, el director de la escuela era el Sr. Moisés Jordán. Algunos de los primeros maestros de la escuela fueron el Sr. Luis González, la Sra. Isabel Rivera y el Sr. Colón. La escuela tenía seis salones y una cocina. Uno de los salones lo cogieron para comedor. En el comedor servían carne enlatada, jamón, revoltillo de huevo en polvo, arroz y habichuelas. En la escuela Dolores Rigual (la que está en el lago) se pagaba un centavo por el almuerzo. La escuela en ese entonces no tenía biblioteca. En la escuela se jugaba mucho pelota y se competía con la escuela del pueblo.”

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Miriam Negrón, otra entrevistada, me contó: “Llegué a la escuela cuando cursaba mi tercer grado, ya que estudié de primero a tercer grado en la escuela de Caonillas mejor conocida como la escuelita de Manuel Saldaña, quien estaba a cargo de las oficinas de extensión agrícola. Luego de pasar esos grados pasé a la segunda unidad de Caonillas Marta Lafontaine. Cuando comencé en la escuela S.U. Marta Lafontaine la directora era la Sra. Esther Negrón y luego llegó de director el Sr. Waldemar Quiles quien luego fue alcalde de Utuado. Finalmente el Sr. Juan Luis Ortiz que era maestro de Estudios Sociales, se convirtió en el director. Algunos de los maestros que recuerdo en mi época fueron la Sra. Huertas de español, el Sr. Rafael Rodríguez de ciencias, el Sr. Luis González de inglés, el Sr. Pepín Guzmán de estudios sociales, el Sr. Manuel Ortiz de matemática y la Sra. Manuela Serrano que también enseñaba español.”

Continuó diciendo: “En el primer edificio había una oficina y alrededor de 16 salones. Al frente tenía una cancha, al lado una biblioteca y en la parte de atrás un parque de pelota. Esta área luego se utilizó para construir dos edificios de dos plantas con más salones de ciencias, artes industriales, economía doméstica, y otros más. Al final de los dos edificios construyeron un comedor cómodo con mesas grandes y sillas cómodas. Las comidas siempre calientitas, daban avena, queso con jamón y galletas, leche blanca y a veces con chocolate, revoltillo de huevo en polvo, arroz, habichuelas, postres y carne de pollo estofado. Lo mejor de todo es que no había ningún costo por la comida.”

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“En la biblioteca las mesas eran redondas, había muchos diccionarios y eran muy celosos con lo que allí tenían. En el campo de educación física se jugaba mucho volleyball. Competían estudiantes contra los maestros y se visitaban otras escuelas. Se practicaban muchas actividades de pista y campo. Salieron muchos atletas talentosos como: las muchachas Viruet, Pedro González, Brunilda Girona, y otros que pusieron el nombre de Utuado y Puerto Rico. en alto al ganar campeonatos. Esta escuela siempre se caracterizó por la gran amistad entre estudiantes y maestros. Si volviera a nacer me gustaría estudiar de nuevo en la escuela S.U. Marta Lafontaine, Recuerdo que mi graduación de primer grado fue una celebración sencilla y la vestimenta que se le pedía era el uniforme que iba a utilizar en el grado siguiente. Se cantó un himno de graduación y los maestros hicieron una oración. En la de sexto se unieron los dos grupos del mismo grado y también la vestimenta fue el uniforme que se iba a utilizar en el séptimo grado. En la ceremonia participaban casi todos los maestros que le daban clases a ese grupo de estudiantes.

Teníamos unos maestros de salón hogar que se encargaban de planificar los actos de graduación. Se encargaban de ensayar el himno de graduación, de la decoración y durante la ceremonia se le dedicaban los actos algún maestro o alguna persona que se había distinguido con esos estudiantes. Se le daba participación en la invocación, recitando o cantando. También participaban en la decoración. Se utilizaban las flores de papel. El lema de la clase era preparado con papel de construcción y casi siempre con escarcha. El director de la escuela siempre estaba presente y la facultad completa. La presencia de los padres era bien importante porque ese día era muy significativo. En la de noveno grado la ceremonia era muy parecida o mejor dicha el mismo protocolo de la ceremonia de sexto grado. En este grado la vestimenta cambió ya que se utilizaron las togas de graduación. Los estudiantes tuvieron la oportunidad de tener participación y presentar las distintas habilidades que tenían. La graduación fue de noche y las anteriores fueron de día. En todas se daban medallas y cintas por asignaturas y se entregaba el famoso papelito sustituyendo el diploma. Así las graduaciones en la S. U. Marta Lafontaine de Caonillas,” terminó diciendo.

Otro de mis entrevistados, Manuel A. Santiago me contó: “Cuando estaba en la escuela el director era el Sr. Jordán. Nunca olvidaré que en el parque de pelota de la escuela le pegue a un estudiante con el bate de pelota por pegarle a mi hermano. La escuela tenía ocho salones y un comedor. El comedor era amplio, los pisos eran pulidos a pesar de que no tenía losetas. La construcción era rústica. En el comedor servían arroz, habichuelas, queso, ensalada y bacalao. En la escuela se practicaban muchos deportes tales como: el volleyball, pesa, jabalina, saco, pértiga y pelota. Todos los años se celebraban un field day. También hacían el concurso de la reina de corazones en febrero. La escuela no tenía biblioteca. Había transportación para ir a la escuela aunque a veces no llegaba. Recuerdo a los maestros Feliciano, González y a la Sra. Puig.”

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