Hay que darle amor a la tierra…

Por: Sthephany K. Rodríguez Otero

Para cumplir con uno de los requisitos del curso de Historia de Puerto Rico con la Doctora Sandra Enríquez Seiders, tuve el privilegio de realizar una entrevistar a un profesional en el campo de la agricultura. Agricultor innato y apasionado por lo que hace, llamado Osvaldo Rivera, nacido y criado en el pueblo del gigante dormido (referencia a cadenas de montanas) o como mejor le nombran, “ La tierra de los lagos”, Adjuntas. El propósito de este trabajo es recuperar memorias sobre la manera en que nuestros antepasados trabajaban las tierras y como continúan estas técnicas hoy día. De esta manera llegué al hogar y a las tierras de Don Osvaldo el cual amablemente me abrió sus puertas junto a su familia.

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Al llegar a las tierras lo primero que me sorprendió fue ver este escrito que me dio que me puso a pensar bien de este agricultor. Decía así:

Mientras la tierra permanezca, no cesará el tiempo de la siembra y la cosecha.”

Génesis 8:22.

Ya entrados en el campo y rodeados por la naturaleza, el sol y las hectáreas de tierra, comenzamos una invaluable conversación de la cual les estaré hablando en este escrito. Como introducción a la conversación don Osvaldo me cuenta que él es un agricultor adjuntense y que en estos días está en plena faena de preparación de sus cultivos de regadío, siembra y cosecha. Nos dice que desde pequeño está ligado al campo porque su familia tiene fincas agrarias y siempre ha podido ayudarlos y más a su padre. Me recalca que es agricultor de lleno desde los 23 años de edad. Su abuelo y su papá fueron agricultores y que ellos fueron su impulso para convertirse en agricultor. Dice que con mucha honra lleva su legado y si es posible inculcará esta hermosa faena a las próximas generaciones.

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Don Osvaldo me comenta que en la zona en la cual estos están ubicados, que es al sur de la Cordillera Central, poseen una llanura costanera la cual ha favorecido sus productos tales como el café, los cítricos, plátanos y otros frutos menores. Igualmente, al estar en el interior montañoso central, las temperaturas son frescas y favorables para este tipo de siembras.

Según don Osvaldo, conoce más de agricultura que de otra tema. Adentrándonos en la finca él me va hablando sobre sus suelos, quiere que conozca que existen diferentes suelos alrededor de la isla y que esto determina la producción de la cosecha. Me dice que los tipos de suelo se deben al medio donde están ubicadas las tierras, la precipitación, la manera que el sol arropa las tierras y sobre todo la forma y inclinación que están ubicadas las tierras entre la zona montañosa. Menciona ejemplos de los suelos, cita que el inceptisol es el tipo de suelo más abundante en Puerto Rico pero en el que estábamos parados se le llama suelo ultisol que es el segundo más abundante en el país. Este es el tipo de suelo que se encuentra en las zonas con montañas donde se cultiva el café. “Así lo hago yo,” me dijo con mucho ímpetu y con su sonrisa viva.

Los productos que don Osvaldo siembra, son mayormente de una mano de obra especial y cautelosa. Los productos son el café, plátanos y los cítricos etc. Al preguntarle un poco más me dio a entender que en algunos casos él mezcla sus productos, especialmente si es para la mejora de sus tierras y cosechas. Y, ¿Por qué lo hace? “”, le pregunté. Me contestó: “Porque de esta manera se puede aprovechar los productos, se minimizan costos y a la vez ayuda el terreno con su fertilidad.” Al preguntarle sobre sus secretos para una mejor cosecha, me comentó de una manera peculiar que los secretos no se dicen, porque “si no, no serian secretos.” Pero que la realidad es que dándole un buen manejo y siempre estando al día en el control de plagas, los fertilizantes y el control de hierbas, entre otras cosas, ayuda a tener un mejor manejo y con menos preocupaciones.

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Para este agricultor la mejor fecha para sembrar es de variación, ya que los cambios de estaciones y de climas son primordiales para tener y realizar una buena y exitosa siembra. Por ejemplo, señaló que el café está apto para sembrarse todo el año. Los cítricos igualmente caen en esta lista de todo el año pero que por otro lado la época de los plátanos es de sequia. Al preguntarle sobre el ciclo de podar, me dijo que al igual que para sembrar, la mejor temporada para realizar la poda es la primavera ya que es la transición entre el invierno y el verano.

Al continuar el recorrido, llegamos a un espacio semiabierto, donde tenía instrumentos de producción, semillas y pequeñas plantas. Le pedí a don Osvaldo que me explicara sobre este espacio y me comentó que este lugar es donde se crea la magia, aquí es donde junto a su familia contabiliza y certifica que todo esté en orden, para cuando sea el tiempo de darle amor a sus tierras, todo salga como debe ser.

Curiosamente me situé junto a unos productos y mi entrevistado me comentó que eran fertilizantes y que los usa ya que ayudan y mejoran al crecimiento y desarrollo de sus cultivos y tierras. También utiliza la composta en muchos de los casos, aunque en este periodo de siembra no lo puso mucho en práctica. Al preguntarle qué técnicas utilizaban su abuelo y su papá me comentó que utilizaban muchas técnicas de conservación de suelo, como terrazas, composta, zanjas y regadío, entre otras. Al preguntarle si sus familia ponía en práctica los ahoyados de minas, me comentó que sí, que esas eran técnicas antiguas de nuestros antepasados y que datan de siglos.

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Mi entrevistado pone en práctica técnicas inculcadas por sus generaciones pasadas como la técnica de montones, conocida en su pueblo como balseros. Este proceso se lleva a cabo mediante la formación de pequeñas colinas o montes creados por el mismo agricultor. Estos montones o balseros suelen estar ubicados un poco aislados y se siembra sobre estos, de acuerdo a la calidad y el tipo de humedad que contuvo la tierra. También utiliza la técnica de terrazas, la cual es utilizada para la conservación del suelo. Otra técnica que pone en práctica el agricultor Osvaldo, aunque no habitualmente, es la técnica de la roza. También llamada talado en su pueblo. Esta técnica se lleva acabo quemando áreas de tierra y luego talándolas. Las cenizas obtenidas de este proceso sirven de fertilizante para la tierra. Una técnica un poco más avanzada es la técnica de riego, que se lleva a cabo mediante unos canales estrechos que llevan el agua hasta las tierras en cultivo. Su fin es lograr llevar el sistema de agua a zonas con déficits. Recordó también una técnica que utilizaban sus padres llamada técnica de zanjas o mejor conocida como drenajes subterráneos. Este es un sistema que se crea con el fin de  que no haya interferencia negativa con la labranza del suelo y la producción agrícola.

Luego de haber hecho el recorrido por sus tierras, nos tomamos un leve descanso en el balcón de su hogar, ubicado en un segundo piso de una vivienda muy hermosa, con una vista inigualable. “Vista que da hacia el paraíso,” señaló la esposa de don Osvaldo. Se trata de una vista que recorre la zona montañosa sur de la Cordillera Central. Le pregunté sobre cuál sería uno de los obstáculos mayores al que este se enfrenta un agricultor. Mirando fijo hacia sus tierras, dijo: “el único obstáculo que puede existir para derivar tus sueños eres tú mismo, por eso hay que buscar técnicas mejores en todo momento, ya que se tiene que ir innovando que te permitan disminuir en costos y obtener un ingreso deseable. Algunos obstáculos son las plagas ya que cuando éstas se presentan hay que cancelar los pedidos de compras de las cosechas. Igualmente, hay que tener presente que el mercado arropa a los pequeños agricultores ya que el mercado lleva ventajas por ser la competencia. Por esto te dije que siempre tienes que ser innovador para sacar provecho de lo que tienes,” terminó diciendo don Osvaldo.

Para cerrar nuestra entrevista le pregunté a don Osvaldo Rivera si cambiaria su profesión por otra. Sin titubear contestó que “NO” porque realmente está en una profesión que le apasiona. Nos cuenta que aunque hay altas y bajas no la cambiaría. Lo llevo en la sangre,” me dijo. Le pedí su opinión sobre el por qué el campo atrae menos a los jóvenes de hoy día. Rápido responde con una sonrisa: “Piensan que el campo es muy sacrificado y no tiene días de descanso ni de fiesta. Igualmente, cuando te adentras en este campo tienes que tener un buen apoyo pues las inversiones que tienes que hacer son enormes.”

Como estudiante de Ciencia Naturales pienso que hemos hecho un trabajo tan pésimo en lo que respecta a administrar nuestro planeta que deberíamos tener mucho cuidado ya que no sólo heredamos la Tierra de nuestros antepasados, si no que la legamos a nuestros hijos. A todos los interesados en la agricultura les beneficiaria hablar con este agricultor apasionado y dedicado, ya que pasar por esta experiencia es de utilidad para los agricultores que se adentran a este campo. Para mí, aplicar ideas modernas de cultivo pero con técnicas de nuestros antepasados, resaltaría en una producción exquisita y con menos errores en el cultivo.

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